Los mejores años de tu vida son aquellos en los que decides que tus problemas son tuyos. No culpas ni a tu madre, ni a la ecología, ni al Presidente. Te das cuenta de que controlas tu propio destino.
El día en el que el niño se da cuenta que todos los adultos son imperfectos, se convierte en un adolescente; el día en el que él los perdona, él se convierte en un adulto; el día en el que se perdona a sí mismo, se convierte en sabio.