Yo fui el conductor del Ferrocarril Subterráneo por ocho años, y puedo decir lo que no pueden decir la mayoría de los conductores; nunca dirigí mi tren fuera de las vías y nunca perdí a un pasajero.
Trata a una persona como es, y permanecerá como es. Trata a una persona como si estuviera donde podría estar y debería estar, y se convertirá en lo que podría y debería ser.
Cualquier cosa a la que no puedas renunciar cuando ya haya perdido la utilidad te posee, y en esta era materialista muchos de nosotros somos poseídos por nuestras posesiones.