Mi pieza absolutamente favorita de información es el hecho de que los perezosos jóvenes son tan ineptos que con frecuencia agarran sus propios brazos y piernas en vez de ramas de árboles, y se caen de los árboles.
Tener fe es confiarte al agua. Cuando nadas, no te agarras del agua, porque si lo haces te hundirás y te ahogarás. En cambio lo que haces es relajarte y flotar.