Frase de James Lovelock

Crecí jugando en el bosque.

Las montañas, el bosque y el mar, vuelven salvaje a los hombres; desarrollan su ferocidad, pero sin embargo no destruyen al humano.

En medio del viaje de nuestra vida, me encontré a mi mismo dentro de un bosque oscuro en donde se había perdido el camino recto.

No seas muy recto en tus tratos pues yendo al bosque verías que los árboles rectos son cortados mientras los torcidos se quedan de pie.

Un bosque de estos árboles es demasiado espectáculo para que un hombre lo vea.

Ven a vivir conmigo y se mi amor, y probaremos todos los placeres que los valles, huertos, colinas y campos, bosques o montañas empinadas cosechan.

Cada vez que tengo algún momento en una orilla del mar, o en las montañas, o a veces en un bosque tranquilo, creo que esta es la razón por la que el medio ambiente tiene que ser preservado.

La naturaleza es un templo en el que las columnas vivientes, a veces emiten palabras confusas. El hombre se acerca a través de los símbolos del bosque, los cuales lo observan con miradas familiares.

A muy temprana edad entendí que en la naturaleza, sentí todo lo que debe sentirse en la Iglesia pero que nunca sucedió. Caminando por el bosque, me sentía en contacto con el universo y con el espíritu del universo.

Pero te voy a contar de qué se dan cuenta los ermitaños. Si vas a un bosque muy lejano y te quedas muy callado, llegarás a comprender que estás conectado con todo.