Debemos darle la bienvenida al futuro, recordando que pronto será el pasado; y debemos respetar el pasado, recordando que una vez fue todo lo que era humanamente posible.
La mayoría de las leyes condenan el alma y pronuncian sentencia. El resultado de la ley de mi Dios es perfecto. Condena pero perdona. Restaura, de una manera más que abundante, lo que quita.