Cada tres segundos cambia - hacia arriba un octavo, hacia abajo un octavo - es como jugar con una máquina tragamonedas. Yo pierdo $20 millones, yo gano $20 millones.
El golf es engañosamente sencillo e infinitamente complicado; satisface al alma y frustra el intelecto. Es al mismo tiempo gratificante y enloquecedor, y es sin duda el mejor juego que ha inventado la humanidad.