Frase de Marianne Williamson

Mi vocación es mi vacación. Me encanta lo que hago.

Solía mantener una visión unitaria, en la cual propuse que sólo la felicidad experimentada importa, y que la satisfacción con la vida es una estimación falible de la verdadera felicidad.

Propongo construir para la eternidad.

Nunca me propuse ser raro. Fueron siempre los otros los que me llamaron raro.

No cambiaría nada sobre mi vida profesional, y me he propuesto no obsesionarme con mis errores.

La cosa excelente que se puede aprender de un león es que todo lo que un hombre se propone hacer se debe hacer con un esfuerzo incondicional y extenuante.

Busca lo que te falta. Muchos consejeros pueden decirle a un presidente como mejorar lo que se propone o lo que ha salido mal. Pocos son capaces de ver lo que no está allí.

Mi pasión por la jardinería puede parecerle a algunos egoísta, o simplemente un acto de resignación ante los problemas abrumadores que acosan al mundo. No es así. He encontrado que cada jardín es justo lo que Voltaire propuso en Cándido: un microcosmos de una sociedad justa y bella.

En Atenas, los sabios proponen, y los tontos disponen.

Me propuse escribir un libro para padres en contra de la crianza.