Lo único que tienes que nadie más tiene eres tú. Tu voz, tu mente, tu historia, tu visión. Así que escribe y dibuja y construye y juega y baila y vive como solo tú puedes hacerlo.
Escribo para aquellas mujeres que no hablan, para las que no tienen voz porque están aterrorizadas, porque nos enseñan a respetar el miedo más que a nosotras mismas. Nos han enseñado que el silencio nos salvaría, pero no lo hará.