Escribo para aquellas mujeres que no hablan, para las que no tienen voz porque están aterrorizadas, porque nos enseñan a respetar el miedo más que a nosotras mismas. Nos han enseñado que el silencio nos salvaría, pero no lo hará.
Yo no tenia miedo a nada hasta que tuve un niño. Entonces estaba aterrorizada porque inmediatamente pude imaginar cien maneras, en las que no podía protegerle.
Todas las instituciones nacionales de iglesias, ya sean judías, cristianas o turcas, me parece nada más que invenciones humanas, creadas para aterrorizar y esclavizar a la humanidad y monopolizar el poder y el beneficio.
Para mí, no es necesariamente interesante interpretar a una mujer fuerte y valiente. Es interesante interpretar a una mujer que está aterrorizada y luego supera ese miedo. Se trata del viaje. El coraje no es la ausencia del miedo, es superarlo.