La mente consciente puede ser comparada con una fuente jugando al sol y volviendo a caer en la gran piscina subterránea del inconsciente de la cual emerge.
Las rocas, el agua, etc., son palabras de Dios, y también lo es el hombre. Todos fluimos desde una fuente del Alma. Todos somos expresiones de un Amor.
Escribir en un diario es una experiencia realmente extraña para alguien como yo. No solo porque nunca he escrito nada antes, pero también porque me parece que más adelante ni yo ni nadie estará interesado en las reflexiones de una colegiala de trece años de edad.