Los mejores años de tu vida son aquellos en los que decides que tus problemas son tuyos. No culpas ni a tu madre, ni a la ecología, ni al Presidente. Te das cuenta de que controlas tu propio destino.
Trata a una persona como es, y permanecerá como es. Trata a una persona como si estuviera donde podría estar y debería estar, y se convertirá en lo que podría y debería ser.