Frase de Vincent Bugliosi

La mayoría de las leyes condenan el alma y pronuncian sentencia. El resultado de la ley de mi Dios es perfecto. Condena pero perdona. Restaura, de una manera más que abundante, lo que quita.

La condena rápida de todo lo que no es nuestro, de puntos de vista con los que discrepamos, de ideas que no nos atraen, es el signo de una mente estrecha, de una inteligencia no cultivada. La intolerancia es siempre ignorante, y el niño sabio, que se convertirá en el hombre sabio, trata de comprender y ver la verdad en ideas con las que no está de acuerdo.

Cada día, las sentencias laxas cuestan vidas.

La comparación es sentencia de muerte a la armonía entre hermanos.

Se debe pagar un precio al tener un sistema objetivo de condenas. Es decir, nada es perfecto.

Todos estamos sirviendo una sentencia de vida, y el buen comportamiento es nuestra única esperanza de un indulto.

Así como tenemos sed de aprobación nos da pavor la condena.

La juventud condena y la madurez aprueba.

El nacimiento de la ciencia dicto la sentencia de muerte de un Poder Supremo arbitrario y constantemente interviniente.

Una acusación no es una condena.