No me importa si les agrado a las personas o no. No estoy en la tierra para ganar un concurso de popularidad. Estoy aquí para ser el mejor ser humano que pueda ser.
Fácilmente puede llegar a pasar que un hombre vanidoso se vuelva orgulloso e imagine que agrada a todos cuando él es en realidad un fastidio universal.
A la gente le agrada la música cuando están enamorados, pero no la necesitan tanto. Se necesita música cuando se extraña a alguien o se suspira por alguien o se está olvidando a alguien o se está tratando de procesar lo que acaba de suceder.
Soy más feliz cuando amo que cuando soy amada. Adoro a mi esposo, a mi hijo, a mis nietos, a mi madre, a mi perro, y, francamente, no sé si siquiera les agrado. ¿Pero a quién le importa? Amarlos es mi alegría.