Jugar tuercas es un juego como cualquier otro, ni mejor que trompos, ni peor que los naipes. El juego se juega de varias maneras. Hay "agujeros" y "Banco" y "tapas". Pero cada juego termina de la misma manera. Un niño pierde, otro gana. Y, como siempre, el que gana es un inteligente compañero, un compañero listo, un buen compañero.
Sholom Aleichem
escritor