La esencia de la competitividad se libera cuando convencemos a las personas de que lo que piensan y hacen es importante; y luego nos corremos de su camino mientras lo hacen.
Nuestro crecimiento futuro depende de la competitividad y productividad, innovación y habilidades... y estos a su vez dependen de la educación de nuestro pueblo.
Me ha gustado especialmente leer la correspondencia entre Gustav Mahler y Richard Strauss. La amistad genuina, la competitividad y el apoyo que se enlazan a través de sus comunicaciones son lecciones de vida para todos nosotros.