Nuestro Padre celestial entiende nuestras decepciones, sufrimientos, dolores, miedos y dudas. Él siempre está ahí para animar nuestros corazones y ayudarnos a entender que él es suficiente para todas nuestras necesidades. Cuando acepté esto como una verdad absoluta en mi vida, descubrí que mi preocupación había acabado.
Charles Stanley
clérigo