En este mundo peligroso en que vivimos, donde el odio y la violencia y los desastres naturales a veces chocan para casi abrumarnos, cada uno de nosotros puede ayudar de alguna manera.
Cualquier cosa a la que no puedas renunciar cuando ya haya perdido la utilidad te posee, y en esta era materialista muchos de nosotros somos poseídos por nuestras posesiones.
Esa paz que está dentro de nosotros, debemos experimentarla. Y si estamos en la búsqueda de la paz por fuera de nosotros nunca encontraremos la paz adentro.
Vivimos en una casa en llamas, no hay bomberos a quien llamar; no hay escape, solo la ventana de arriba desde donde miramos mientras el fuego quema la casa con nosotros atrapados, encerrados.
La transformación personal puede y tienen efectos globales. Como vamos, así va el mundo, el mundo somos nosotros. La revolución que salvará el mundo es, a la larga, personal.
La identidad espiritual significa que no somos lo que hacemos ni lo que dicen sobre nosotros. Y no somos lo que tenemos. Somos las hijos e hijas amados de Dios.
Creemos que la electricidad existe, porque la compañía eléctrica continúa enviándonos facturas por ella, pero nosotros no podemos averiguar cómo viaja dentro de los cables.
Los derechos de las mujeres no son sólo una abstracción, una causa; también es un asunto personal. No se trata sólo acerca de nosotras; es también sobre tú y yo. Sólo nosotros dos.
Imagina a toda la gente viviendo la vida en paz. Dirás que soy un soñador, pero no soy el único. Espero que algún día te unas a nosotros y el mundo será uno.
Los padres deben dar ejemplo. No utilices el cliché, haz lo que digo y no lo que hago. Nosotros somos los modelos principales y más importantes para nuestros hijos.
La verdadera sabiduría llega a cada uno de nosotros cuando nos damos cuenta de lo poco que entendemos acerca de la vida, de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.
Ninguno de nosotros llegamos a donde estamos solos. No importa i la ayuda que recibimos fue obvia o sutil, reconocer la ayuda de alguien es una gran parte de entender la importancia de decir gracias.
Nunca subestimes el poder de los sueños y la influencia del espíritu humano. Somos todos iguales en esta noción: el potencial de la grandeza vive dentro de cada uno de nosotros.
¡Qué hipócritas parece que somos siempre que hablamos de nosotros mismos! Nuestras palabras suenan tan humildes, mientras que nuestros corazones están tan orgullosos.
Tierra y el cielo, bosques y campos, lagos y ríos, la montaña y el mar, son excelentes maestros y nos enseñan a algunos de nosotros más de lo que jamás podríamos aprender de los libros.
La oración no sólo cambia las cosas, nos cambia a nosotros mismos. Si somos diligentes al buscar a Dios, poco a poco nos convertiremos en mejores personas.
La madurez incluye el reconocimiento de que nadie va a ver nada en nosotros que nosotros no veamos en nosotros mismos. Deja de esperar por un productor. Produce tu mismo.
La mayoría de nosotros termina con no más de cinco o seis personas que nos recuerdan. Los maestros tienen miles de personas que los recuerdan por el resto de sus vidas.
El cambio no vendrá si esperamos por alguna otra persona o algún otro tiempo. Nosotros somos los que hemos estado esperando. Nosotros somos el cambio que buscamos.
Entiende, nuestros agentes de policía ponen sus vidas en juego por nosotros cada día. Tienen un trabajo duro en mantener la seguridad pública y responsabilizar a quienes violan la ley.
Vemos a nuestros clientes como invitados a una fiesta y nosotros somos los anfitriones. Es nuestro trabajo cada día mejorar un poco todo aspecto importante de la experiencia del cliente.
Nunca dejaré de soñar que un día podamos ser una familia real, juntos, todos nosotros riendo y hablando, amando y comprendiendo, sin mirar al pasado sino solamente al futuro.
Nada es negro o blanco, nada es "nosotros o ellos". Pero luego hay cosas mágicas, hermosas en el mundo. Hay increíbles actos de bondad y valentía y en los lugares más inesperados, y te da esperanza.
Dios no permitirá que ningún problema caiga sobre nosotros, a menos que Él tenga un plan específico en el que una gran bendición puede salir de la dificultad.
Nosotros, los escritores negros, sólo por ser negros, hemos estado en la lista negra todas nuestras vidas. La censura para nosotros comienza en la línea de color.
A veces estamos tan preocupados de dar a nuestros hijos lo que nunca tuvimos mientras crecíamos, que descuidamos el darles lo que nosotros sí que teníamos.
El trabajo en equipo es tan importante que es prácticamente imposible para nosotros llegar a la altura de nuestras capacidades o ganar el dinero que deseamos sin llegar a ser muy buenos en ello.
El perdón de Dios nos permite ser honestos con nosotros mismos. Reconocemos nuestras imperfecciones, admitimos nuestros fracasos y le pedimos clemencia a Dios.