Yo no podía vencer a la gente con mi fuerza; no tengo un tiro duro; no soy el patinador más rápido de la liga. Mis ojos y mi mente tienen que hacer la mayor parte de la obra.
He fallado más de 9.000 tiros en mi carrera. He perdido casi 300 juegos. 26 veces me han dado la confianza para dar el último tiro y he fallado. He perdido una y otras veces en mi vida. Y es por eso que he obtenido el éxito.
Haré todo lo necesario para ganar partidos, ya sea sentado en una banca ondeando una toalla, dándole una taza de agua a un compañero o haciendo el tiro ganador del juego.
La excelencia es ser capaz de desempeñarse a un alto nivel una y otra vez. Puedes hacer un tiro de media cancha una vez. Eso es solo por suerte. Si lo haces consistentemente... eso es excelencia.
Después de haber ganado el Óscar, mi salario se duplicó, mis amigos se triplicaron, mis hijos se hicieron más populares en la escuela, mi carnicero me tiró los tejos, y mi criada me pidió un aumento de sueldo.
Cuando tenía dos años, una libélula voló cerca de mí. Un hombre la tiró al suelo y la pisoteó. Recuerdo que lloré porque había causado que mataran a la libélula.
Los jugadores deben saber que si no se pueden contribuir al tiro ganador, que su actitud cada día cuando vienen a la práctica, o la contribución positiva que hacen al animar y mantener la moral del equipo, son igual de importantes en el panorama general.
La pelota de golf no tiene ningún sentido en lo absoluto, razón por la cual se le deben dar severos sermones constantemente, especialmente durante el tiro putt.
Muchos entrevistadores, cuando vienen a hablar conmigo, creen que están siendo pregresistas cuando ya no mencionan en sus relatos que soy negro. Les digo: "No dejes de hacerlo ahora. Si le pegara un tiro a alguien lo mencionarías".