La paz interior puede ser alcanzada sólo cuando practicamos el perdón. El perdón es dejar al pasado, y es, por lo tanto, el medio para corregir nuestras percepciones equivocadas.
Cuando soy capaz de resistir la tentación de juzgar a otros, puedo verlos como maestros del perdón en mi vida, recordándome que sólo puedo tener tranquilidad cuando perdono en vez de juzgar.