Los mejores años de tu vida son aquellos en los que decides que tus problemas son tuyos. No culpas ni a tu madre, ni a la ecología, ni al Presidente. Te das cuenta de que controlas tu propio destino.
El Humanismo no estaba equivocado en pensar que la verdad, la belleza, la libertad y la igualdad tienen un valor infinito, sino en pensar que el hombre puede conseguirlas por sí mismo sin gracia.