Frase de Kevin Gates

Los trenes, al igual que el tiempo y la marea, no paran por nadie.

Nunca había habido un momento más ventajoso para ser un criminal en América que durante los 13 años de la Prohibición. De un plumazo, el gobierno estadounidense cerró la quinta mayor industria en los Estados Unidos - la producción de alcohol - y no hizo otra cosa que entregársela a los criminales - lo cual fue bastante sorprendente.

Demasiada virtud puede ser criminal.

El método comprobado para salvar las vidas de estadounidenses inocentes no requiere desarmarlos. El método comprobado para salvar sus vidas es arrestar, enjuiciar, condenar y encarcelar a los delincuentes, especialmente a los criminales de carrera que usan armas ilegales. Esta es la manera de reducir la violencia armada.

Sólo el crimen y el criminal, es cierto, se enfrentan a nostotros con la perplejidad del mal radical; pero solo el hipócrita verdaderamente está podrido hasta la médula.

La vida no es más que un competencia para ser el criminal, en lugar de la víctima.

Nadie puede ser juzgado como criminal hasta que se encontre culpable; tampoco puede la sociedad quitarle la protección pública hasta que se haya demostrado que ha violado las condiciones en la que fue otorgada. ¿Qué derecho, entonces, salvo el del poder, puede autorizar el castigo de un ciudadano siempre que siga habiendo dudas de su culpabilidad?

Permítanme ser claro - nadie está por encima de la ley. No un político, no un sacerdote, no un criminal, no un policía. Todos somos responsables de nuestras acciones.

Los liberales son defensores incondicionales de las libertades civiles - siempre y cuando sólo estemos hablando de delincuentes.

El único poder que tiene cualquier gobierno es el de reprimir a los delincuentes. Y bueno, si no hay suficientes criminales, los crea. Declara como delito tantas cosas, que se torna imposible para el hombre vivir sin romper las leyes.