Soy un profesor y escritor; mi vida son las palabras. Cuando veo la denigración de la lengua, me duele, y es fácil denigrar una palabra por trivializarlo.
Muchas mujeres no saben amar porque hay razones profundas por las que ellas no saber amar. Y lo que quiero decir por razones profundas es razones profundas y oscuras.
Amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos es tal verdad para la regulación de la sociedad humana, que por eso solo uno puede determinar todos los casos en la moralidad social.