Un rey, dándose cuenta de su incompetencia, puede delegar o renunciar a sus funciones. Un padre no puede hacer eso. Si tan solo los hijos pudieran ver la paradoja, entenderían el dilema.
Lectores comunes, perdonen mis paradojas: hay que hacerlas cuando uno reflexiona; y digan lo que digan, prefiero ser un hombre de paradojas antes que un hombre con prejuicios.
La paradoja en realidad es el pathos de la vida intelectual y justo como solo las grandes almas están expuestas a las pasiones, es solo el gran pensador que se expone a lo que llamo paradojas, que son no nada más que pensamientos grandiosos en embrión.
Es una paradoja que todo dictador haya subido al poder por la escalera de la libertad de expresión. Inmediatamente al alcanzar el poder todo dictador ha suprimido toda libertad de expresión, salvo la propia.
La locura de confundir una paradoja con un descubrimiento, una metáfora para una prueba, un torrente de verborrea para un manantial de verdades capitales y uno mismo para un oráculo, es innata en nosotros.
Nuestros astronautas, cuando realizan órbitas alrededor de la tierra, realmente regresan un poco más jovenes que un gemelo que tengan en el planeta tierra que haya permanecido inmóvil. A esto se llama la paradoja de los gemelos.
Colecciono axiomas, paradojas, máximas, historias instructivas, proverbios y aforismos de todo tipo, porque me encanta ver ideas complejas destiladas en unas pocas palabras.