El gran regalo de la Pascua es la esperanza, la esperanza cristiana que nos hace tener esa confianza en Dios, en su máximo triunfo y en su bondad y amor, al cual nada puede sacudir.
Nunca dejes que la vida impida tu capacidad de manifestar tus sueños. Cava más profundo en tus sueños y más en ti mismo y cree que cualquier cosa es posible y haz que suceda.
Apuesta alto, cuanto más alto mejor. Espera que las cosas más maravillosas ocurran no en el futuro sino ahora. Date cuenta de que nada es demasiado bueno. No permitas que absolutamente nada lo dificulte o lo impida de ninguna manera.
En lo que respecta a lo que yo observo, no es importante que tengamos libre albedrío, siempre y cuando tengamos la ilusión del libre albedrío que nos impida enloquecer.